En una simbólica ceremonia online, donde participaron los ganadores del certamen que permite mantener vivo el recuerdo de la época dorada del centro minero de cobre.
Con la emoción a flor de piel y la nostalgia de los recuerdos vividos en el campamento, se llevó a cabo la premiación simbólica del concurso de cuentos “Mi Vida y Chuquicamata en 105 Palabras”, que fue organizado por la empresa minera en conjunto con agrupaciones de exhabitantes del mineral.
Una actividad de reconocimiento que formó parte de la conmemoración de los 105 años de Chuquicamata y que no se había podido realizar aún producto de la pandemia. En la ceremonia estuvieron presentes los ganadores del certamen quienes se conectaron desde distintas partes de Chile, para revivir momentos imborrables que plasmaron por medio de las letras en sus composiciones.
El primer lugar recayó en Sthefanny Jofré, con el cuento “La Danza del Viento”. La profesora que actualmente reside en Santiago destacó que “el escrito relata recuerdos reales. Es la imagen que está plasmada en lo que nosotros hacíamos los días que mi viejo salía de descanso. Chuquicamata para nosotros fue la etapa más feliz de nuestras vidas”.
Agregó que “vengo de una familia de mineros y mi viejo hasta el día de hoy tiene marcas de la pampa y mi mamá nos demuestra cómo es la mujer pampina, minera una mujer fuerte. Son testimonios de lo que significa crecer en la pampa, que se torna complicado, pero a la vez es un lugar súper mágico”.
Mientras que el segundo lugar lo obtuvo, Jessica Álvarez, con el cuento denominado “Recuerdos de Navidad”. A través de 105 palabras, la autora rememora las postales de la decoración navideña que vio en su infancia junto a su sobrino. “Siempre mirábamos el cerro para ver esa estrella fabulosa e ir recorriendo las casas que habían, pero siempre recordamos con mucho cariño la que tenía un muñeco de nieve”, precisó.
En tanto, el tercer puesto del certamen lo consiguió Carlos Sánchez con el relato titulado “Con lo puesto”. En sus líneas contó la anécdota de cuándo llegó al mineral. “Fue una aventura que siempre la recuerdo. Chuquicamata me dio la oportunidad de estar con mis hijos, desayunar, almorzar, tomar once y jugar con ellos, cosa que yo no lo había podido hacer en seis años como profesor en Santiago, es una de las cosas impagables de Chuquicamata y se lo agradezco”.
Al impulsar esta iniciativa, las agrupaciones de exhabitantes del campamento jugaron un papel importante y así lo destacó René Huerta, representante de “Hijos y Amigos de Chuquicamata”.
Debido a sus positivos resultados, el concurso de cuentos se establecerá como una actividad permanente para conmemorar el aniversario de Chuquicamata.