Las que tengan cualquier desperfecto, las arreglan y las dejan en la entrada del recinto, para que los usuarios con poca movilidad puedan ingresar a sus controles respectivos.
Siguiendo la práctica circular para darles una segunda oportunidad, en el Hospital de Calama Dr. Carlos Cisternas, no se botan las sillas de ruedas en mal estado. Esto, ya que profesionales de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación, las reparan para aportarlas al recinto, para que sean utilizadas por los usuarios de tránsito con poca movilidad.
“Todo partió como una medida que dice relación un poco de la economía circular, tratando de eliminar tanto exceso de residuos, como pasa en recintos de atención de salud. Muchas de las sillas de ruedas que se utilizan acá en la unidad o en otras instancias del mismo hospital, cumplen su vida útil, pero no porque la silla esté completamente mala, sino porque una o dos piezas pueden fallar. Ante esto, empezamos a reciclar sillas y comenzamos a reconstruirlas”, indicó el médico fisiatra Jaime Toro Erbetta, jefe de la Unidad de Medicina Física y Rehabilitación del HCC.
La unidad de Terapia Ocupacional, son los encargados de rearmar las sillas y que así tengan una segunda vida. Lo importante, que esta iniciativa no solo favorece a los pacientes en terapias y en rehabilitación, sino que para todos los usuarios del recinto que las requieran.
“El equipo de terapia ocupacional, encabezado por el terapeuta ocupacional Hernán Bravo, son los encargados de darle nueva vida a estas sillas. Estas primeras sillas recicladas están justamente en la entrada del hospital para recibir a los usuarios que estén limitados de movilidad y que puedan recibir de mejor manera las atenciones médicas”, explicó Toro Erbetta.
Para acceder a una de estas sillas de ruedas, el usuario o su acompañante, deben dejar su carnet de identidad en el mesón de la OIRS ubicado en el piso -1 (zócalo) y la puede utilizar durante toda su estadía en el hospital. Posteriormente, la entregan y se les devuelve su identificación.