Loínos relatan peregrinaje al Santuario de la Virgen Nuestra Señora Guadalupe de Ayquina

Cada año, son cientos o tal vez miles, los que emprenden rumbo caminando como acto de fe hasta el poblado del Alto El Loa en donde se realiza la celebración religiosa.

La Fiesta de la Virgen Guadalupe de Ayquina es la celebración más importante de la región de Antofagasta, y se realiza en la comuna que lleva el mismo nombre, ubicada a 80 kilómetros de Calama.

Son miles los peregrinos que realizan el viaje a pie desde la “Tierra de Sol y Cobre” para visitar a la “Chinita” por diversas razones, una travesía que puede durar más de 24 horas de ruta bajo el calor y frío extremo del Desierto de Atacama.

Es por esta razón, que Aurora Tirado, quien realizó la caminata en dos oportunidades, a los 16 años y actualmente en el 2023, dio a conocer su testimonio, indicando que “cuando era adolescente lo hice sin una motivación definida pero ahora lo hice para agradecer la recuperación de mi cuñado durante la pandemia y pedir por otro familiar que tiene cáncer”.

“Este año fue difícil por mi edad porque cuando uno es joven no siente dolor y tiene mucha energía, pero ahora hay que mentalizarse y sobreponerse al dolor y al cansancio”, agregó al respecto.

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Por su parte, Francisca Güemes, quien caminó hasta Ayquina el 2015 y “ha sido la única vez que lo hice y fue para pedir por buenos resultados en la PSU, entrar a estudiar en la universidad y carrera que quería”

Creo que el desgaste físico es lo más complejo del viaje, al llevar un día caminando, los tobillos hinchados son casi inaguantables, logré llegar a la comuna gracias a mis primos, quienes me llevaron entre los dos en el último tramo y se preocuparon de que no fuera a desmayar o algo similar”, añadió la joven loína.

Mientras que César Bugueño,realizó cuatro veces la sacrificada ruta y reveló que “la primera vez y con la poca experiencia que tuve, llevé una mochila grande con cosas para comer, sin saber que antes de llegar a Chiu Chiu se encontraba una brigada para ayuda al peregrino, quienes entregaban agua y naranjas”.

“Recuerdo noches muy heladas y llegar muy cansada a armar la carpa justo en el cruce que se va a la Laguna de Ojo de Mar´´, como le decíamos por esos años. Además, a las 16 hrs mientras todos bailaban nosotros teníamos que irnos y no todo el mundo te llevaba de vuelta, pero los colectiveros sabíamos que nos llevarían porque ellos sabían que venía de la fiesta de la Ayquina”, reflexionó en torno a la experiencia..

Para concluir, Víctor Rojas,confesó que ha realizado el peregrinaje en cinco oportunidades, “cuando decidí irme caminando tenía conciencia que el irse caminando es un acto de fe pura, hay que ir preparado físico, mental y espiritualmente”.

“Son bastantes los inconvenientes, estamos hablado de caminar por el desierto más árido del mundo, por lo tanto, te enfrentas a temperaturas extremas durante el día y la noche, además de tormentas de arena, ventarrones, escasez de agua junto a lesiones musculares o articulares”, finalizó.

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