La obra cuyo costo total asciende a los 120 millones de dólares, representa la mayor inversión de su historia, consolidando a esta empresa sanitaria como la principal exponente en desalinización para consumo humano en América Latina.
A fines de octubre del año pasado comenzaron las obras que permitirán que el 100% de la demanda de agua potable de toda la ciudad de Antofagasta sea cubierta a partir de agua potable vía desalación luego del término de los trabajos, estimados durante el primer semestre del próximo año.
La obra implica diversos beneficios, siendo el más importante la certeza de suministro hídrico para la creciente población de la capital regional, también permite acompañar el desarrollo productivo local en el corto, mediano y largo plazo. Pero los beneficios de este proyecto no sólo se verán a partir de su puesta en marcha, uno de los grandes aportes que ha generado la construcción de esta ampliación es la generación de mano de obra local en estos meses. “A la fecha más del 40% de la mano de obra necesaria para el desarrollo del proyecto es local, lo que implica que más de 630 personas estén trabajando en este importante proyecto, aportando a la reactivación económica post pandemia”, explicó Víctor Gutierrez, Jefe del Departamento Proyectos en Desalación de Aguas Antofagasta Grupo EPM. El ejecutivo recuerda que tienen como política permanente de la compañía la contratación de mano de obra local en todos los proyectos que inician “y sin duda la Ampliación de la Planta Desaladora Norte, nuestra iniciativa emblemática, debía continuar con esta tendencia”, comentó.
A la fecha el proyecto avanza en la ejecución de obras civiles, en el sitio de la planta desaladora, así como en el edificio de captación de agua de mar, ubicado en la costa.
Durante el pasado mes de mayo comenzaron la construcción del muelle auxiliar que servirá para excavar la zanja submarina en donde se instalarán la tubería de captación de agua de mar y el emisario de efluentes. En paralelo se suma el armado de las tuberías, trabajos que se están desarrollando en terrenos de la Empresa Portuaria de Antofagasta (EPA), desde donde, posteriormente, serán remolcados por mar hacia su ubicación final en la planta desaladora.
Otro de los hitos que comenzó su construcción este mes es la nueva subestación eléctrica que abastecerá de energía a la desaladora.
En cuanto a los insumos para el avance de las obras, “todos los suministros principales del proyecto ya se encuentran almacenados en nuestras bodegas en Antofagasta, por lo que no existe el riesgo de atrasos de fabricación o transporte”, aclaró Gutierrez.
En cuanto a los trabajos programados para los próximos meses, en agosto comenzará el montaje electromecánico, considerado un hito clave en la construcción de toda planta industrial o de procesos, como es el caso de esta nueva infraestructura.
El proyecto de ampliación aumentará en un 53% la producción actual de agua potable de la planta, con lo que será posible cubrir el 100% de la demanda de la principal ciudad de la región y de Mejillones vía agua potable desalada, con un horizonte de aseguramiento hídrico de mediano plazo. “Este es un proyecto de gran envergadura, porque será la desaladora de mayor tamaño que habremos construido en Aguas de Antofagasta y eso representa para nosotros un gran y grato desafío de ingeniería y construcción, en particular en lo que respecta a las obras marítimas”, expresó el Jefe del Departamento Proyectos en Desalación, quien recordó además que en aguas Antofagasta Grupo EPM tienen una particular forma de desarrollar sus proyectos de infraestructura en desalación.
“Para iniciar proyectos existen diferentes modelos constructivos. En materia de desalación, esta empresa y este grupo tomó la decisión de hacer gerenciamiento propio, esto significa que la idea, el diseño, la construcción y la operación se realiza con la supervisión de nuestra gente, lo que deja una capacidad instalada y un conocimiento invaluable, que ponemos al servicio de nuestros clientes”, recuerda el ejecutivo de la sanitaria, asegurando que tras dos décadas de experiencia en esta tecnología para producir agua potable, “somos un orgullo nacional en materia de desalación, al demostrarnos que aquel visionario camino emprendido hace 20 años nos permite hoy proyectar con mayor certeza el crecimiento futuro de la región, respetando el medio ambiente y -lo que es más importante- sin comprometer los recursos de las próximas generaciones”, concluyó.