Con insumos que ya poseen en sus predios, aprendieron a fabricar fertilizantes como biol y bokashi, además de un insecticida como el jabón potásico.
El Programa de Extensión con Enfoque Territorial, para el Control Integrado y Manejo de la Mostaza Negra, que lleva adelante el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) gracias a fondos del Gobierno Regional de Antofagasta, da especial relevancia a la capacitación de los productores locales, en distintas áreas del conocimiento agrícola, siempre enfocados en el control de la maleza. En esta oportunidad la directora del programa, Bárbara Vega, recorrió la provincia El Loa enseñando a fabricar distintos biopreparados para la fertilización y la fumigación. Todo con materiales que están al alcance de los agricultores.
“La idea es que ellos mismos puedan producirlo, ya que en la zona cuesta encontrar algunos productos. Y además, la ventaja de esto es que prácticamente es costo cero o muy bajo. Así que ellos mismos pueden acceder a la fabricación y lo otro es que se va adaptando a lo que tengan”, explicó la directora.
Por otra parte, la agrónoma y directora del programa, adelantó que experimentarán con flores, para generar la atracción de enemigos naturales, los cuales controlarán los insectos plagas que actualmente afectan los cultivos locales.
Durante los talleres, donde participaron productores y profesionales extensionistas, pudieron ver cómo a partir de insumos que tienen en sus predios, pueden fabricar biol. Un abono foliar orgánico, también llamado biofertilizante líquido, que es el resultado de un proceso de fermentación en ausencia de oxígeno (anaeróbica) de abono, levadura, leche o suero de leche, una leguminosa -que en este caso se utilizó alfalfa- agua y cenizas.
Además, hicieron Bokashi. Un abono orgánico de origen japonés, que se obtiene producto de la descomposición -en presencia de aire (aeróbico)- de residuos vegetales y animales, que emplea ciertos materiales que le permiten acelerar el proceso. El bokashi terminado aporta nutrientes necesarios para estimular el crecimiento y desarrollo de los cultivos.
Y por último aprendieron a fabricar jabón potásico a partir de agua, hidróxido de potasio y manteca de cerdo. Este jabón es un insecticida que se utiliza para controlar ciertas plagas que hacen daño a los cultivos, como la mosquita blanca o pulgón, entre otros.
En el valle de Lasana la agricultora Ana Cruz Yapura, destacó el taller puesto que son conocimientos que les permitirán desarrollar de mejor forma sus cultivos.
“Es bonito saber cómo preparar o tener en buen estado nuestras plantas, nuestra siembra. Aparte que igual como tengo mis animales, tengo mi propio guano, así que estaría bueno como aprovechar un poquito más eso. A veces uno llega y lo echa nomás a la tierra, sin ninguna preparación antes. Y con esto, claro, uno le saca un poquito más provecho a ese guano”, comentó la agricultora.
La importancia de estos talleres es mayor, puesto que el programa no sólo se centra en el acompañamiento para controlar la maleza, sino que además busca que a partir de un manejo integrado, implementando distintas técnicas, enriquecer los suelos loínos que es fundamental para recuperar su capacidad productiva.